Industrial Workers of the World (IWW) e IWOC (Incarcerated Workers Organising Committee, Comité Organizador de Trabajadores Encarcelados y Trabajadoras Encarceladas) nos solidarizamos con el levantamiento que se está produciendo en los Estados Unidos.
Los recientes asesinatos de George Floyd en Minnesota, Ahmaud Arbery en Georgia, Tony McDade en Florida y Breonna Taylor en Kentucky no son incidentes aislados. En una historia plagada de racismo como la de Estados Unidos, los cuerpos de las personas de color se han tratado de manera sistemática con un absoluto desprecio.
Los levantamientos que se han producido por todo el país en respuesta al asesinato de George Floyd son expresiones de justificada rabia contra un sistema injusto. No se hará justicia hasta que no se traten las vidas de las personas de color con la dignidad que merecen. La policía seguirá ignorando súplicas como la de George Floyd, “no puedo respirar”, y el sistema judicial no dejará de proteger a quienes asesinan en nombre de “la ley y el orden”.
El presidente Trump se ha pronunciado en Twitter en contra de estas protestas, lo que ha exacerbado la preocupación por la seguridad y la integridad de quienes participan en ellas. Debemos repudiar la retórica racista de quienes representan al estado, que califica de “bestias” a las personas de color que se manifiestan. De este modo, justifican la deshumanización de quienes buscan un futuro sin opresión.
Como sindicato internacional, con una larga historia de solidaridad interracial, estamos codo con codo con todas las personas de clase obrera en su lucha contra el racismo, contra la brutalidad policial y la violencia estatal. Además, reafirmamos nuestro compromiso con nuestro lema, “una afrenta contra uno es una afrenta contra todos”. Agradecemos a los conductores de autobús de los sindicatos Amalgamated Transit Union (ATU) sección 1005, Transport Workers Union (TWU) y de muchos otros sindicatos, que se hayan negado a transportar a los agentes de policía para proceder a arrestos o a llevar a integrantes de la clase obrera que habían sido detenidos y detenidas. Este es el tipo de poder que puede tener un sindicato, cuando estamos unidos. Del mismo modo, hacemos un llamamiento a nuestra afiliación para que se niegue a contribuir con su fuerza de trabajo a cualquier intento de dificultar la actual exigencia de justicia. También a aquellos sindicatos que dan cobijo, ayudan o protegen a la policía de cualquier manera. En concreto, exigimos a la central sindical AFL-CIO que suspenda inmediatamente los “sindicatos” policiales de su federación y para que condene activamente ese tipo de “organizaciones sindicales” que causan en realidad un perjuicio tangible a la solidaridad de la clase obrera. Hacemos un llamamiento a todos los demás sindicatos para que proporcionen ayuda material, siempre que sea posible, a quienes protestan y para que denuncien la brutalidad racista de la policía.
Sin justicia, no puede haber paz para la clase obrera.
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