El pasado 19 de octubre de 2020, la sección sindical de la CNT en Alumalsa, la fundición de aluminio más grande de España, y la Federación Local de Zaragoza de la CNT convocaron una huelga indefinida para impedir el despido de 230 trabajadores y trabajadoras, un 40% de la plantilla.
La huelga se mantuvo hasta el pasado 31 de octubre con un seguimiento total por parte del personal de producción, a pesar de una presencia policial absolutamente desproporcionada.
La sección sindical de CNT se opone a estos despidos porque entiende que la empresa no ha demostrado nunca tener problemas más allá de lo meramente coyuntural (derivado de las cancelaciones de pedidos de un cliente). De este modo, no se pueden aceptar medidas permanentes de destrucción de empleo, sino negociar otras que conserven todos los puestos de trabajo, aunque sea con una jornada reducida. A ello se añade que los despidos afectan a 22 de las 25 mujeres que forman parte del personal obrero de la fábrica, lo que supone la totalidad de las mujeres que pueden despedir (las otras tres están protegidas frente a despidos al formar del comité de empresa). Según la legislación laboral, es un caso claro de discriminación por razón de sexo.
La empresa también ha aducido causas económicas, técnicas, organizativas y productivas derivadas de la pandemia del COVID-19. Sin embargo, la sección sindical de CNT entiende no se pueden considerar justificativas de despido, conforme a la legislación vigente (Real Decreto-ley 9/2020).
La sección sindical de CNT ya había trasladado estos planteamientos a la dirección de Alumalsa en la comisión negociadora, de la que formaban parte todos los sindicatos con presencia en la empresa (SITA, UGT, CCOO y OSTA, además de CNT). Las 5 centrales ya habían convocado juntas una serie de movilizaciones contra los planes de la empresa, que supusieron éxitos rotundos, tanto por la implicación de la propia plantilla como por la solidaridad mostrada por la ciudadanía. Sin embargo, el resto de los sindicatos aceptaron entrar a negociar con la empresa los términos del despido colectivo, sin cuestionar sus causas, algo a lo que se negó CNT porque entendíamos que no existe motivo para estas medidas.
A principios de noviembre los sindicatos integrantes de la comisión negociadora, excepto CNT, alcanzaron un preacuerdo con la empresa en el que se aceptaba el despido de 180 trabajadores y trabajadoras, la mayor parte con 33 días por año trabajado de indemnización. Los despidos afectan principalmente a mujeres y jóvenes en la plantilla.
CNT no comparte en absoluto la actitud que han tenido en este conflicto los sindicatos CCOO, UGT, SITA y OSTA. Desde el principio de las negociaciones, han planteado los despidos como algo inevitable, cuando en ningún momento la empresa ha acreditado ni justificado la pertinencia de tales medidas. Sin embargo, estos sindicatos han situado a la plantilla ante un falso dilema entre “lo malo y lo peor” que no se corresponde con la situación real, ni con las reivindicaciones de pleno empleo y ningún despido con las que la plantilla salió a la calle desde el primer momento.
Presentado el conflicto y el preacuerdo de este modo ante la plantilla, esta votó a favor de lo acordado en la negociación, con el voto en contra de quienes integran la sección sindical de CNT. Como consecuencia, el comité de huelga de CNT formalizó la desconvocatoria de la huelga, manteniendo el rechazo a la medida de reestructuración planteada.
CNT califica como muy negativo el acuerdo alcanzado por el resto de las representaciones sindicales con la dirección de Alumalsa ya que supone destruir 180 puestos de trabajo en el sector industrial aragonés sin que, a nuestro juicio, la empresa haya acreditado en absoluto la necesidad de tales medidas que mandan al paro a 180 familias zaragozanas en mitad de una crisis sanitaria mundial, y especialmente si tenemos en cuenta que existían alternativas para haber evitado el despido, tales como una reducción de la jornada laboral a toda la plantilla, o la implementación de planes de suspensión que hubieran permitido el retiro anticipado del personal de mayor edad de la fábrica sin necesidad de acudir a fórmulas de despido colectivo.
Por ello, seguiremos plantando cara a la destrucción de empleo industrial en Aragón y defendiendo la mejora de las condiciones laborales.
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