Poco después de publicar en la web nuestro mensaje en solidaridad con los trabajadores y las trabajadoras de Dragon Sweater Factory (Bangladesh), que luchan contra el despido y el impago de salarios, nuestro grupo de trabajo para Asia recibió una carta de queja de la dirección de la empresa. La reproducimos más abajo, junto con la respuesta de GWTUC, el sindicato local de la confección. Ambos documentos hablan por sí mismos.
Obviamente, los directivos de la empresa no han hecho el esfuerzo de leer nuestros estatutos ni los textos que venimos publicando. Por alguna razón que se nos escapa, parecen pensar que somos un organismo de arbitraje neutral y que vamos a atender las explicaciones de unos empresarios. Se equivocan de cabo a rabo. CIT, la Confederación Internacional del Trabajo, es un instrumento por y para la clase obrera global, cuyo fin es facilitar la solidaridad a través de las fronteras y apoyar las luchas de los trabajadores y las trabajadoras de todo el mundo. La Internacional reúne a sindicatos anarcosindicalistas y revolucionarios y siempre estará al lado de los trabajadores y de las trabajadoras en su lucha contra la explotación capitalista. Por lo tanto, afirmamos de nuevo nuestra exigencia de que se de marcha atrás a los despidos y de que se abonen los salarios impagados. Animamos a nuestras secciones y contactos a emprender acciones en apoyo a esta exigencia. Su lucha no cesa (https://globalmayday.net/2020/07/01/garments-workers-rally-in-dhaka/), nuestro apoyo y solidaridad tampoco.
Los directivos de la empresa han dedicado mucho tiempo y esfuerzo a escribirnos una carta muy detallada. Un mejor uso de sus energías habría sido sentarse a negociar con GWTUC y buscar la manera de dar respuesta a las quejas y reivindicaciones de los trabajadores y de las trabajadoras. Las secciones y contactos de CIT no cesarán de convocar acciones de protesta hasta que GWTUC nos informe de que el conflicto se ha resuelto de manera satisfactoria. Mientras tanto, si a los dueños de la empresa les preocupa el daño que pueda sufrir la reputación de la fábrica, con razón, y quieren evitar caer en un descrédito mayor, tienen una solución muy simple a su disposición: satisfacer las reivindicaciones de los trabajadores y de las trabajadoras.
Otra advertencia más: leyendo entre líneas en la carta, parece evidente que los directivos de la empresa están abonando el terreno para acusar a los trabajadores y a las trabajadoras de comportamiento antipatriótico y para pedir que se empleen más medidas represivas en su contra. Sirvan estas líneas de advertencia contra tal intento. Esta es una línea roja que sólo se cruzará para perjuicio de la empresa. A partir de este mismo momento, consideramos a los directivos de la empresa responsables de cualquier acción represiva que el estado pueda tomar contra quienes participan en las movilizaciones. Si esto ocurriese, sería suficiente para declarar a Dragon Sweater como una empresa que reprime a los sindicatos y comunicar este extremo a las marcas comerciales para las que trabaja. Otra mancha en su reputación de la que les costaría mucho librarse.
Ánimo, fuerza, en solidaridad,
Grupo de Trabajo de CIT para Asia
Respuesta de GWTUC
Salud, compañeros y compañeras:
Se nos ha hecho saber que la dirección de Dragon Group ha enviado una carta a Global MayDay y a CIT en respuesta a las movilizaciones que están llevando a cabo los trabajadores y las trabajadoras de los Dragon Sweaters y a la petición de solidaridad de GWTUC en apoyo a estas. Respondemos a sus afirmaciones punto por punto:
1. Dragon Group afirma que su fábrica sólo emplea a 800 personas.
Aquí, la empresa hace una interpretación muy favorable, para los propietarios, de lo que constituye “empleo”. Su afirmación, por enésima vez, deja en evidencia que los empleadores ven a quienes trabajan para ellos exclusivamente a través del prisma de su utilidad y arroja una luz sobre la precariedad de la clase obrera bajo el capitalismo.
De hecho, los trabajadores y las trabajadoras de Dragon Sweaters se dividen en dos grupos:
a) Peones “por pieza”, a quienes se paga según el número de unidades de ropa que producen. Dragon Sweaters emplea a más de 4.000 personas en esta capacidad.
b) Personas con “salario fijo”, que incluyen costureras, costureros, rematadoras y control de calidad. Dragon Sweaters emplea a unas 1.200 personas en estas tareas.
En su respuesta, Dragon Group, parece tener en cuenta solo a estas últimas personas, con salario fijo, e incluso entonces los números que maneja son inferiores a la realidad. El hecho de que Dragon Group haya decidido ignorar a quienes trabajan “por pieza” ilustra lo devaluado que está el trabajo manual feminizado. En teoría, quienes trabajan “por pieza” tienen un ingreso básico garantizado durante los 4 o 5 meses en que no hay pedidos de compra y por lo tanto no están produciendo unidades. Pero Dragon Group no ha hecho efectivo este ingreso básico. Insistimos en que nuestros números son correctos y creemos que el hecho de que la empresa aporte otros revisados a la baja es un intento más por su parte, y van muchos, de evadirse de su responsabilidad.
2. Dragon Group afirma que las acusaciones de salarios impagados y de represión sindical son infundadas.
Lo cierto es que la empresa no ha asumido ninguna responsabilidad de abonar los salarios devengados durante la pandemia de COVID 19. Ha sido el gobierno el que ha impulsado un paquete de estímulo de 5.000 millones de rupias para el pago de los salarios durante los meses de abril, mayo y junio. Aun así, a quienes han recibido ese dinero (y muchos no lo han hecho) se les ha recortado el salario al 60 por ciento y sus bonos de Eid (la celebración del final del ramadán) se han reducido a la mitad. Como ya ha quedado claro, la definición que maneja Dragon Group de quién pertenece a la fuerza de trabajo, a la hora de calcular sus beneficios, es cuestionable, por lo que esta afirmación es de todo menos inocente.
En cuanto a la represión sindical, el historial de la empresa atestigua de manera aterradora los extremos a los que están dispuestos a llegar los jefes para impedir que trabajadores y trabajadoras ejerzan su derecho a la libre asociación.
Los intentos de la GWTUC de formar una sección sindical en Dragon Sweaters han reprimidos por lo menos en tres ocasiones. Se despidió a quienes intentaron formarla, incluidos los delegados de la sección Nazmul y Shahidul y su secretario, Babul. Hay más de 200 denuncias que interpuso la empresa contra trabajadores y trabajadoras que intentaron formar la sección. En cuanto a nuestros comités en Dragon, estos son comités organizativos de GWTUC compuestos de trabajadores y trabajadoras de la empresa, y no de sindicatos registrados.
3. La tercera afirmación de Dragon Group de que el fondo de previsión no es un “problema” es tan risible como imprecisa.
Como ya hemos dicho, quienes recibieron algún pago no lo hicieron por su salario completo. Pero incluso de haberlo hecho, ¿no les daría eso derecho a sus fondos de previsión obligatorios, pago de servicios y otros bonos? Los salarios en Bangladesh ya están entre los más bajos del mundo. Esta fuerza de trabajo de 5 millones de personas sirve como mano de obra barata para las principales marcas de moda del mundo. Los bajos salarios son injustificables, pero lo cierto es que quienes trabajan en el sector de la confección dependen además de cada pequeña cantidad incluida en el sueldo para su sustento. ¿Realmente se espera que creamos que Dragon Group no ve el problema en no pagar los bonos adeudados? ¿Acaso los trabajadores y las trabajadoras no tienen derecho a sus bonos porque una pandemia mundial ha hecho que todo el trabajo en un sitio público suponga una amenaza para sus vidas?
4. Dragon Group afirma que las movilizaciones convocan solo a 30-40 trabajadores y las atribuye a una “confusión”. No hay confusión alguna, excepto por la exigencia justificada de saber por qué se está despidiendo ilegalmente a la plantilla sin abonar sus salarios y bonos completos. En cuanto al número de manifestantes, ¿alguien cree realmente que los trabajadores y las trabajadoras de Dragon Sweaters podrían haber sitiado el Ministerio de Trabajo de Bangladesh el 11 de junio si fuesen solo un puñado de participantes? La verdad, que reflejan los medios de comunicación principales, es que las movilizaciones cuentan con la participación de todo el espectro de trabajadores indignados y trabajadoras indignadas de Dragon Sweaters, a quienes los empresarios han privado de sus salarios y dignidad, Se está empleando una pandemia mundial de sufrimiento y muerte como excusa para despedir a miles de personas y reubicar la fábrica a 150 km de distancia, todo ello en busca de mayores beneficios.
Tampoco las protestas se limitan a Dragon Sweaters, de ninguna manera. Más bien, el caso de Dragon se han unido al de miles de trabajadores y trabajadoras de otras fábricas que protestan contra la BGMEA (la patronal del sector) y contra los desprecios que les ha hecho el gobierno. El ejemplo más reciente de esta demostración de poder obrero se dio el 29 de junio, cuando una multitudinaria manifestación de GWTUC intentó rodear la oficina del Primer Ministro.
En cuanto a la “buena voluntad” de la policía nacional, ¿qué buena voluntad es esta que rutinariamente golpea, suprime, silencia, hace desaparecer y asesina extrajudicialmente a sus ciudadanos y ciudadanas?
Por último, decir que la BGMEA es respetable es un insulto a las miles de personas que han muerto en accidentes laborales y a los millones más que siguen sufriendo en el trabajando y agitando. La “reputación duramente ganada” de la BGMEA incluye casos de asesinatos industriales como Rana Plaza, Tazreen, Tung Hai y Matrix.
5. Las relaciones entre empleadores y empleados no se pueden definir como amigables en el mejor de los casos. La degradación y la explotación del trabajador y de la trabajadora son siempre competencia de los jefes. Así que se deduce que la insinuación de Dragon Group de relaciones amistosas entre jefes y platilla es una quimera. Solo hay que preguntar a Ramesha Apa, que ha trabajado para Dragon durante más de dos décadas, sin vacaciones, todos los días de 8 a 10 y que ha sido despedida sin los bonos que se le debían. ¿Acaso alguna vez sintió que los jefes “aumentaron sus privilegios” de alguna manera? Los testimonios de miles de otros trabajadores y de otras trabajadoras, pasados y presentes, sin duda atestiguarán la misma falta de humanidad.
GWTUC nunca ha sido y nunca será una organización neutral. No nos avergonzamos de exigir la redistribución de todo el poder socioeconómico a favor de la clase obrera.
Nada, ni las ropas de diseño que se ponen los patrones, ni sus edificios de oficinas y fábricas, ni sus opulentas villas, aquí o en paraísos fiscales, podrían haberse hecho sin el martillo y la aguja, sin la destreza y el intelecto obreros. No tenemos que tergiversar los hechos. No necesitamos hacer afirmaciones exageradas. La realidad de la lucha de los trabajadores y de las trabajadoras es demasiado a menudo brutal e injusta y las palabras y las frases no consiguen reflejarla tal cual es.
En su carta, Dragon Group afirma que Bangladesh una democracia responsable y madura: “un país de leyes”. Hay una ley que rige este país, pero no es la de los tribunales y mucho menos del pueblo. Es la ley de los ricos y los privilegiados, indolentes a pesar de ser capaces de trabajar, que se remonta a las escrituras, laicas o religiosas, para imperar sobre una clase obrera degradada y desposeída, sobre mujeres violadas y ridiculizadas, sobre homosexuales ocultos y asesinados, sobre manifestantes mutilados y ensangrentados, sobre escritores silenciados y encarcelados. En palabras Dragon Group, un miembro de este cartel de la maldad, somos antipatrióticos. Nuestra única respuesta es que la clase obrera no tiene nación, ni fronteras. Solo debemos lealtad a nuestra propia clase, nosotros mismos y nosotras mismas.
Trabajadores y trabajadoras del mundo, ¡uníos!
Un abrazo fraterno,
Mahmood Sadaat Ruhul
Departamento de asuntos Internacionales
Garments Workers’ Trade Union Center
Carta de la directiva de Dragon Group
En los últimos tiempos se ha llamado la atención sobre una publicación dudosa con intención maliciosa sobre la base de una parodia de hechos. La reciente publicación de A-infos sobre la fábrica de suéteres de dragón (Bangladesh) parece estar basada en una carta/redacción de propaganda malévola y antinacional de la GWTUC, Bangladesh.
Debido a la pandemia de COVID-19, la economía mundial se ha desplomado y también el mercado de las prendas de vestir. La naturaleza de la RMG en Bangladesh depende en gran medida de las economías mundiales; por lo tanto, la COVID-19 paralizó el comercio de RMG en Bangladesh y en otros países. En consecuencia, como una democracia responsable y madura, el Gobierno de Bangladesh ayudó a los exportadores con un préstamo blando para pagar los salarios de los trabajadores durante la pandemia. Para que el proceso fuera transparente y sin complicaciones, los pagos se enviaron directamente a las cuentas de los trabajadores en el SMF y/o en el banco. De este modo se evitó la reunión innecesaria de personas durante los estragos de la pandemia y se simplificaron las transacciones. Sin embargo, se produjeron ciertas demoras en la ejecución de las transmisiones de pago ya que muchos trabajadores no tenían las cuentas MFS o bancarias requeridas, así como los bancos programados se vieron abrumados por las enormes tareas de transferir los salarios a más de 4 millones de trabajadores. Aunque tales demoras sólo se produjeron durante abril (el primer mes de asistencia del Gobierno para los salarios) no se produjeron tales demoras para el salario de mayo. Los salarios de los 800 trabajadores han sido debidamente pagados hasta mayo de 2020, y serán pagados para junio en consecuencia.
Las declaraciones engañosas en el artículo/carta/escritura de la GWTUC, son:
1. El artículo/carta/escritura de la GWTUC, señala que hay 6000 trabajadores trabajando en la fábrica de Dragon Sweaters en Dhaka, lo cual está lejos de la realidad. En realidad la fábrica de Dragon Sweaters en Dhaka tiene cerca de 800 trabajadores. Los números señalados en el artículo/carta/escritura de la GWTUC parecen ser de pura ficción y un extremo sobreestiramiento de los datos disponibles.
2. Las afirmaciones sobre la historia de Dragon Sweaters de “no pagar los salarios de los trabajadores, romper el sindicato” no tienen fundamento. Todos los salarios de los trabajadores han sido pagados en toda la extensión de la ley laboral del país hasta mayo de 2020. Mientras que los reclamos de actividades antisindicales son contradictorios ya que la GWTUC afirmó con razón que ha tenido “comités a nivel de fábrica en Dragon Sweaters desde hace varios años”.
3. La cuestión del fondo de previsión no es un problema, ya que los trabajadores siguen recibiendo su salario mensual sin arriesgar sus vidas durante la pandemia de COVID 19, según lo aconsejado y apoyado por el Gobierno de Bangladesh. Se les ha pagado hasta mayo de 2020, y recibirán el salario para junio de 2020, cuando se venza.
4. Ha habido algunas formas de protesta de 30-40 trabajadores, no miles como se menciona en el artículo/carta/redacción de la GWTUC. Estas protestas fueron directamente el resultado de la confusión debido al retraso en la recepción del salario. Aunque tales protestas fueron pacíficas, no ha habido ninguna actividad por parte de las agencias de la ley para “intimidar y acosar” a ningún manifestante de Dragon Fábrica de suéteres. Esas acusaciones son maliciosas y tienen por objeto destruir la buena voluntad de la fuerza policial de las Naciones Unidas, la reputación duramente ganada por las industrias de la confección de Bangladesh y el propio Bangladesh.
5. La dirección/propietarios de Dragon Sweater nunca han utilizado ninguna táctica de intimidación contra nadie, y mucho menos contra su propia fuerza de trabajo. Dragon Sweater ha estado a la vanguardia en la mejora de los privilegios de los trabajadores durante años, muchos de sus antiguos y actuales trabajadores han tenido la oportunidad de abrir su propia operación con la asistencia financiera y técnica proporcionada para convertirse ellos mismos en empleadores. Estas acusaciones son infundadas y de naturaleza difamatoria.
Cabe señalar que dicho artículo ha erosionado toda la credibilidad de la GWTUC como organización neutral y justa que tiene como objetivo el bienestar de los trabajadores, más bien expone su intención maliciosa de arruinar una industria que durante décadas ha sacado de la pobreza a millones de personas. El hecho de que una organización como la GWTUC, no haya podido verificar sus altas pretensiones respecto al número de trabajadores de la fábrica de suéteres de dragón, los salarios adeudados, el número de manifestantes, etc. También contenía declaraciones maliciosas y difamatorias contra el organismo encargado de hacer cumplir la ley de Bangladesh, contra la dirección/propietarios de la fábrica y pintando un cuadro artificialmente negativo de nuestra pequeña pero gran nación. El artículo/carta/redacción de GWTUC, tiene como objetivo difamar y calumniar a esta industria en particular y a Bangladesh usando tan descarada desinformación de manera arbitraria. Bangladesh es una tierra de leyes, y está gobernada por un liderazgo capaz que ejecuta el máximo alcance de la ley en nombre de todos sus ciudadanos sin discriminación. Todas y cada una de las crecientes disputas entre la administración y los trabajadores siempre han sido y seguirán siendo resueltas por la ley de la tierra.
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