Impidamos que el estado turco acabe con las comunas autónomas de Rojava
Las Comunidades de Rojava están siendo fuertemente atacadas por el régimen turco de Erdogan y sus aliados yihadistas.
Erdogan está aprovechando el cambio que está ocurriendo en Siria, con la huida del dictador Assad a manos del Ejército Nacional Sirio, aliado del gobierno turco en la Hermandad Musulmana.
En este periodo, el gobierno turco ha reunido las tropas de su ejército en la frontera con Siria, llevando a cabo acciones militares de bombardeo hacia las Comunidades Kurdas e interviniendo en apoyo de las tropas aliadas yihadistas.
Erdogan ha declarado que ha llegado el fin del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y de las milicias kurdas (YPG), ambas definidas como organizaciones terroristas, anunciando el ataque a la ciudad de Kobane.
Kobane: símbolo de la resistencia contra el Daesh
Recordemos que las milicias kurdas, compuestas por hombres y mujeres, jugaron un papel determinante en la derrota del Daesh (Estado Islámico) y, con la conquista de Kobane en 2014, marcaron el fin de ese régimen terrorista. A partir de esta importante victoria, las Comunidades del Norte de Siria, en la región de Rojava, pudieron desarrollar, en armonía con las otras etnias presentes, un camino de Confederalismo Democrático, sin un Estado central, basado en la autogestión del territorio, con igualdad entre hombres y mujeres y el respeto al medio ambiente.
Todo esto ha sido siempre rechazado por el régimen turco de Erdogan, que, con la ocupación de Damasco por parte de sus aliados yihadistas, ve la oportunidad de dar el golpe mortal a esta importante experiencia en Rojava. El objetivo de Erdogan, detrás de su llamado al desarme de las milicias kurdas y su integración en el Ejército Nacional Sirio, es eliminarlas definitivamente, dejando a las comunidades autónomas de Rojava a merced del ejército turco.
LLAMADO A LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
Ante esta explícita voluntad de aniquilar los logros alcanzados por las Comunidades Kurdas de Rojava, los EE.UU., que han sido grandes beneficiarios del sacrificio de las milicias kurdas, clave en la derrota del Estado Islámico, permanecen inmóviles. Están demasiado interesados en mantener relaciones con el régimen turco que posee las bases de la OTAN. Lo mismo ocurre con los gobiernos llamados democráticos europeos, debido a los intereses comerciales que los vinculan con ese régimen, como la venta de armas, un régimen que financian para evitar la salida de personas migrantes.
Solo una amplia movilización de trabajadores y trabajadoras a nivel internacional puede ejercer la presión necesaria para impedir que Erdogan aniquile las Comunidades autónomas kurdas de Rojava.
Also available in:
English (Inglés)